Estás leyendo
España acelera en inteligencia artificial pero tropieza con talento y sistemas

España acelera en inteligencia artificial pero tropieza con talento y sistemas

  • El 99% de las empresas españolas ve a España como potencia en IA, pero el 95% aún no genera valor con ella. Faltan talento, integración y estrategia clara.
La inteligencia artificial transforma el desarrollo de software empresarial

La inteligencia artificial se ha instalado en el centro de las prioridades tecnológicas de las empresas españolas, pero su despliegue real sigue condicionado por obstáculos estructurales. Según un estudio de Red Hat, el 99% de los responsables de TI encuestados en España considera que el país ya es, o puede convertirse en tres años, en una potencia global en IA. Sin embargo, el 95% admite que su organización aún no está generando valor tangible para el cliente a partir de estas tecnologías.

El informe, realizado por Censuswide entre agosto y septiembre de 2025, recoge la opinión de 100 profesionales del sector en España, dentro de una muestra más amplia en EMEA. La mayoría de las organizaciones españolas prevé aumentar su inversión en IA un 20% de media para 2026. Aun así, el entusiasmo convive con una realidad más compleja: sólo el 5% de las empresas afirma haber alcanzado una fase de madurez en la que la IA genera valor directo para el cliente.

Entre los factores que limitan ese avance, los encuestados señalan la falta de infraestructura tecnológica (52%), la ausencia de una estrategia gubernamental clara (49%) y la escasa financiación pública (44%). La brecha de talento también aparece como una urgencia compartida: el 85% de los participantes identifica carencias críticas en habilidades relacionadas con IA, especialmente en la conexión entre los datos corporativos y los modelos de inteligencia artificial.

La situación no es exclusiva de España, pero el país destaca por su optimismo. Con un 99% de confianza en su potencial, supera incluso a Alemania, Suecia y Países Bajos (98%). No obstante, ese optimismo se enfrenta a una paradoja: mientras se multiplican las iniciativas, la mayoría de las empresas aún se encuentra en fases tempranas de adopción. El 46% está explorando casos de uso, y un 36% aún se prepara para implementar IA.

Uno de los fenómenos más extendidos es el de la «IA en la sombra»: el 98% de los encuestados reconoce que sus empleados utilizan herramientas de IA sin autorización formal. Esta práctica, difícil de controlar, plantea riesgos de seguridad, cumplimiento normativo y pérdida de control sobre los datos. A ello se suman otras barreras como la integración con sistemas heredados (37%) y la falta de un retorno de inversión claro (32%).

En este contexto, el código abierto aparece como una pieza estratégica. El 100% de los encuestados considera que el software de código abierto empresarial es importante para su estrategia de IA, y el 98% lo vincula directamente con la seguridad. Esta preferencia responde a la necesidad de flexibilidad, escalabilidad y control que exigen los nuevos entornos de IA, especialmente cuando se combinan con arquitecturas de nube híbrida.

Julia Bernal, directora general de Red Hat para España y Portugal, subraya que “el verdadero desafío no radica en experimentar, sino en llevar una idea de un piloto a una solución lista para producción”. A su juicio, la conversación ha evolucionado: ya no se trata de qué modelo usar, sino de cómo construir una plataforma tecnológica segura, escalable y rentable.

La nube, por su parte, sigue siendo una prioridad, aunque su adopción también se ve afectada por factores organizativos. El 72% de las empresas señala la falta de apoyo directivo como principal freno, seguido de las preocupaciones sobre soberanía (71%) y la incertidumbre económica (70%). En los próximos 18 meses, las prioridades en materia de soberanía de la nube serán la transparencia y auditabilidad (90%), la colaboración entre geografías (89%) y el control operativo (88%).

Te puede interesar
Inteligencia artificial - Empresas

Hans Roth, vicepresidente sénior de Red Hat para EMEA, apunta que “la soberanía y la resiliencia nacen de los ecosistemas, no de los silos”. En su visión, el código abierto permite a las organizaciones mantener el control sobre sus datos, su infraestructura y sus alianzas tecnológicas, lo que resulta clave en un entorno de disrupción constante.

La encuesta también revela que la optimización de costes es el principal motor de las estrategias de IA (90%), seguida de la necesidad de adaptar la estrategia de nube (88%) y la flexibilidad para dar soporte a modelos de IA (87%). Esta orientación pragmática refleja una transición desde la experimentación hacia la industrialización de la IA, aunque el camino sigue siendo desigual.

En contraste con el entusiasmo por el potencial de la IA, el dato de que solo el 5% de las organizaciones esté generando valor para el cliente sugiere una desconexión entre expectativas e implementación. La mayoría espera alcanzar ese objetivo en los próximos cinco años, pero el ritmo dependerá de factores estructurales: inversión sostenida, políticas públicas coherentes y, sobre todo, formación especializada.

España, como otros países europeos, se encuentra en una fase de maduración tecnológica que exige decisiones estratégicas. La IA no es solo una cuestión de algoritmos, sino de arquitectura, gobernanza y cultura organizativa. La velocidad de adopción dependerá menos de la tecnología disponible que de la capacidad de las empresas para integrarla de forma segura, escalable y con sentido de negocio.

Utilizamos cookies para facilitar la relación de los visitantes con nuestro contenido y para permitir elaborar estadísticas sobre las visitantes que recibimos. No se utilizan cookies con fines publicitarios ni se almacena información de tipo personal. Puede gestionar las cookies desde aquí.   
Privacidad