La digitalización del sector de la construcción ha dejado de ser una promesa para convertirse en una necesidad operativa. En León, esta transformación ha tomado forma con la celebración de Universidad Pyme, una jornada organizada por la Fundación Estatal para la Formación en el Empleo (Fundae) y el SEPE, con apoyo de los fondos europeos Next Generation EU. El evento, celebrado en el Parador de León, ha reunido a expertos, empresas, sindicatos y responsables públicos para abordar los retos tecnológicos que enfrenta uno de los sectores más tradicionales de la economía española.
Según datos de Fundae, en 2025 se han formado 318.582 profesionales del sector de la construcción en España. De ellos, 13.667 en Castilla y León y 2.500 en la provincia de León. Aunque la cifra refleja un esfuerzo creciente, la distancia con comunidades como Madrid o Cataluña evidencia una brecha que jornadas como esta intentan reducir. La formación digital, en este contexto, se convierte en un factor estructural para la competitividad.
Durante la inauguración, Antonio de Luis, director gerente de Fundae, señaló que el sector se enfrenta a una triple transición: tecnológica, demográfica y medioambiental. La inteligencia artificial, la ciberseguridad y la sostenibilidad están redefiniendo los perfiles profesionales y las necesidades de capacitación. «La formación será decisiva para asumir estos cambios», afirmó, recordando que la plataforma Experiencia Fundae ofrece recursos accesibles para adquirir competencias digitales.
La jornada ha combinado ponencias técnicas con demostraciones prácticas. Participaron expertos como David Sánchez (MEDGÓN), José María Llamas (CARTIF), Sergio Martínez (HP AI Lab & Solutions) y Carmen Prieto (Fundae), quienes compartieron casos reales de aplicación tecnológica en obra. Desde algoritmos que optimizan la planificación hasta sensores que mejoran la seguridad, las soluciones presentadas no solo ilustran un cambio de paradigma, sino también su viabilidad en el día a día de las pymes.
En los espacios demostrativos, los asistentes pudieron interactuar con tecnologías que ya están operativas en el sector. Exoesqueletos que reducen lesiones musculares, drones para supervisión de obras, herramientas eléctricas inteligentes o simuladores de realidad virtual para formación en prevención de riesgos laborales. Más que una exhibición, se trató de una validación práctica de cómo la innovación puede integrarse en procesos reales sin necesidad de grandes inversiones iniciales.
Javier Joaquín Vega Corrales, presidente de la Fundación Laboral de la Construcción de Castilla y León, apuntó que la industrialización es una vía para responder a la escasez de mano de obra. Sin embargo, advirtió que el relevo generacional y la incorporación de mujeres siguen siendo asignaturas pendientes. Solo el 7% de los profesionales del sector son mujeres, y los jóvenes representan el 11,4%. «Sin formación no va a haber futuro en la construcción», sentenció.
El alcalde de León, José Antonio Diez Díaz, destacó el peso económico del sector en la ciudad, con cerca de 7.000 personas empleadas entre León y el Alfoz. En su intervención, subrayó que la digitalización no es solo una cuestión de eficiencia, sino también de sostenibilidad urbana. Proyectos en marcha buscan hacer de León una ciudad más accesible y competitiva, y la modernización del sector de la construcción es parte de esa estrategia.
Aunque el foco estuvo en la tecnología, el trasfondo del encuentro fue claramente estructural. La construcción, históricamente rezagada en adopción digital, se encuentra ahora en una encrucijada. La presión regulatoria, la escasez de talento y la necesidad de reducir costes sin comprometer la calidad están empujando al sector hacia una transformación que ya no puede aplazarse.
Universidad Pyme, que ha recorrido más de 28 ciudades españolas, suma con León una nueva parada en su itinerario de impulso a la formación digital. La elección de esta ciudad no es casual: refleja un intento por descentralizar el acceso a la innovación y extenderlo a territorios donde la brecha digital puede tener consecuencias más profundas.
El papel de entidades como Fundae, el SEPE y la Fundación Laboral de la Construcción es clave en este proceso. No solo por su capacidad de movilizar recursos, sino por su función como puente entre políticas públicas, necesidades empresariales y aspiraciones profesionales. La digitalización en la construcción no es un fin en sí mismo, sino una herramienta para reconfigurar un sector que, pese a su peso económico, ha sido históricamente resistente al cambio.
La pregunta que queda abierta es si este tipo de iniciativas lograrán consolidarse como parte de una estrategia sostenida o si quedarán como episodios aislados. La respuesta dependerá, en buena medida, de la capacidad de las pymes para absorber estas tecnologías y de la voluntad institucional para mantener el impulso más allá del ciclo de los fondos europeos. – –