La proliferación de dispositivos móviles e IoT en las organizaciones está generando un nuevo tipo de desorden operativo. Según el último informe de SOTI, titulado The Mobility Mandate: Navigating Device Chaos & Strategic Automation in a New Digital Era , las empresas están perdiendo visibilidad y control sobre su infraestructura móvil justo cuando más dependen de ella para sostener sus operaciones.
La investigación, basada en una encuesta a más de 7.300 profesionales de 11 países, entre ellos España, identifica cinco tendencias que están redefiniendo la movilidad empresarial. Todas apuntan a un mismo dilema: cómo mantener la eficiencia y la seguridad en un entorno donde los dispositivos se multiplican, los procesos se automatizan y los equipos trabajan cada vez más dispersos.
De acuerdo con el estudio, sectores como sanidad, transporte, logística o servicios de emergencia están adoptando tecnología móvil a gran velocidad, pero sin una estrategia clara de integración. El resultado es un ecosistema fragmentado, con dispositivos que fallan, sistemas que no se comunican entre sí y procesos manuales que siguen lastrando la productividad.
Uno de los hallazgos más llamativos es la falta de soporte en tiempo real para los trabajadores distribuidos. Solo el 54 % cuenta con asistencia inmediata por vídeo, voz o mensajería. Esto, en la práctica, se traduce en tiempos de inactividad prolongados y una menor capacidad de respuesta ante incidencias técnicas. En servicios de emergencia, por ejemplo, el 92 % de los profesionales afirma sufrir fallos semanales en sus dispositivos, con una media de 21 minutos para resolverlos.
El informe también señala que la automatización, aunque avanza, tropieza con barreras estructurales. El 97 % de las organizaciones sanitarias encuestadas sigue utilizando tecnología obsoleta, y un 57 % ha experimentado problemas de seguridad vinculados a estos sistemas heredados. Esta contradicción entre ambición tecnológica y realidad operativa es uno de los focos de tensión más evidentes en el documento.
En cuanto al uso de dispositivos, SOTI subraya la necesidad de adaptar la tecnología a los flujos de trabajo específicos. En transporte y logística, por ejemplo, los dispositivos robustos y las tabletas se utilizan una media de 3,5 días por semana. Además, un 37 % de los trabajadores emplea impresoras móviles a diario y un 74 % lo hace varias veces por semana. Sin embargo, la uniformidad tecnológica sigue siendo tratada como una solución genérica, en lugar de una herramienta estratégica.
David Parras, Senior Regional Director de SOTI para el Sur de Europa, advierte que muchas empresas en España aún gestionan su parque de dispositivos de forma fragmentada. “Esto no solo compromete la seguridad o la productividad, sino también la capacidad de innovar”, señala. Para Parras, la movilidad empresarial debe entenderse como un pilar estratégico, no como un mero soporte operativo.
El informe también destaca la importancia de una estrategia a largo plazo que permita visibilidad e interconexión entre sistemas móviles. Esta visión, según SOTI, es clave para construir organizaciones más resilientes y sostenibles en un entorno digital cada vez más volátil. La plataforma SOTI ONE, que incluye herramientas como SOTI XSight (diagnóstico inteligente), SOTI Snap (digitalización de procesos) y SOTI Connect (gestión de impresoras), se presenta como una posible respuesta a estos desafíos.
Aunque el informe no entra en valoraciones sobre el impacto económico directo del caos de dispositivos, sí deja entrever un coste oculto: el tiempo perdido, la frustración de los empleados y la pérdida de oportunidades por falta de agilidad. En un mercado donde la velocidad de respuesta es cada vez más determinante, estos factores pueden marcar la diferencia entre crecer o quedarse atrás.
El documento completo, disponible en el sitio web de SOTI, ofrece un análisis más detallado de cada tendencia y propone marcos de actuación para las empresas que buscan recuperar el control de su movilidad. No es una hoja de ruta cerrada, pero sí una llamada de atención sobre un problema que, aunque silencioso, ya está afectando a la competitividad de muchas organizaciones.
En España, donde la digitalización empresarial avanza a ritmos desiguales según el sector y el tamaño de la empresa, el informe de SOTI aporta una perspectiva útil para directivos que buscan alinear tecnología y estrategia. No se trata solo de incorporar más dispositivos, sino de gestionarlos con inteligencia. Y, sobre todo, de anticiparse a un futuro donde la movilidad ya no será una opción, sino una condición estructural del negocio.
