El aumento sostenido de las temperaturas estivales en España está generando un impacto significativo en la salud pública, especialmente entre personas mayores y pacientes con patologías crónicas. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las olas de calor incrementan el riesgo de complicaciones cardiovasculares, respiratorias y mentales, así como de episodios agudos como la deshidratación y los golpes de calor. El calor nocturno, además, influye negativamente en la calidad del descanso, afectando tanto al rendimiento físico como al estado emocional.
En este escenario, el uso de tecnología portátil destinada al seguimiento de parámetros de salud se ha incrementado de forma notable. De acuerdo con el European Health Behaviour Survey, elaborado por Ipsos en colaboración con HUAWEI, la adopción de relojes inteligentes se intensifica en España durante los meses de verano. Entre las métricas más consultadas se encuentran la calidad del sueño, el ritmo cardíaco y el nivel de hidratación, lo que refleja una actitud preventiva y un seguimiento más constante del estado físico.
El informe destaca que algunos modelos de smartwatch integran funciones adaptadas a actividades propias de la temporada estival, como la monitorización de deportes acuáticos. En el caso de dispositivos como el HUAWEI WATCH FIT 4 o el WATCH 5, el seguimiento se extiende a indicadores como la frecuencia cardíaca durante la natación o el control de oxigenación en inmersiones.
España, entre los líderes europeos en monitorización de salud con tecnología portátil
El estudio sitúa a España entre los países europeos con mayor uso consciente de estos dispositivos en el cuidado diario de la salud. Un 43 % de los encuestados en el país afirma conocer las recomendaciones oficiales sobre actividad física, uno de los porcentajes más altos a nivel continental. Además, la mayoría de los usuarios realiza un seguimiento frecuente del sueño, los pasos diarios y la tensión arterial.
En los meses de verano, se intensifica la consulta de datos relacionados con la hidratación y la presión arterial, convirtiendo al reloj inteligente en un recurso habitual para prevenir efectos derivados del calor. Patrones similares se observan en países de climas cálidos como Bulgaria o Turquía, aunque España sobresale por la regularidad con la que se utilizan estas funciones.
El perfil de usuario también se caracteriza por un enfoque más proactivo en el autocuidado: mayor frecuencia de mediciones, detección temprana de alteraciones y reacción más rápida ante posibles signos de alerta.
El calor, un factor que agrava la falta de descanso y el estrés
El informe también apunta a dos retos de salud recurrentes en verano: el descanso insuficiente y la gestión del estrés. Más de un tercio de los españoles duerme menos de siete horas diarias, por debajo de las recomendaciones de la National Sleep Foundation. Las altas temperaturas nocturnas intensifican esta falta de descanso, con impacto en el estado general de salud.
En este contexto, los smartwatches ofrecen herramientas como el registro de fases del sueño, alertas de sedentarismo y sistemas de seguimiento del estrés. Durante la temporada estival, el uso de estas funciones aumenta, indicando un patrón de prevención y seguimiento más activo por parte de los usuarios.
Aceptación en el ámbito sanitario
Más del 70 % de los médicos de atención primaria europeos encuestados recomendaría el uso de relojes inteligentes a pacientes con hipertensión, diabetes o enfermedades cardiovasculares. Asimismo, un 55 % de los facultativos ha atendido a pacientes que acudieron a consulta tras recibir una alerta de su dispositivo, lo que subraya su utilidad como herramienta de apoyo en la detección temprana de anomalías.
Contexto de mercado
En paralelo a estos datos, fabricantes como HUAWEI han incorporado funciones específicas para el control de indicadores de salud y la práctica de ejercicio en sus últimos modelos. La oferta en el mercado español incluye diferentes versiones de dispositivos, con precios que, según la información comercial disponible, oscilan entre los 134 y los 359 euros, dependiendo del modelo y las prestaciones incluidas.
