Amazon ha comenzado a probar un nuevo sistema de gafas inteligentes diseñado para sus repartidores. El dispositivo, aún en fase preliminar, utiliza visión por computador y sensores basados en inteligencia artificial para mostrar indicaciones de entrega directamente en el campo de visión del trabajador. No es un producto de consumo, ni un prototipo más de gafas conectadas, sino una pieza más en el sistema tecnológico que la empresa lleva años construyendo para optimizar la llamada última milla logística.
Según explicó la compañía durante su evento Delivering the Future celebrado en California, las gafas están diseñadas para ayudar a los Delivery Associates (DAs) a realizar sus entregas de forma más segura y eficiente. Entre otras funciones, permiten escanear paquetes, seguir rutas paso a paso a pie y capturar pruebas de entrega sin necesidad de consultar el teléfono móvil. El objetivo declarado es reducir las distracciones y facilitar una experiencia de reparto más fluida.

Un sistema manos libres con IA y visión por computador
A diferencia de otras soluciones de realidad aumentada pensadas para oficinas o fábricas, estas gafas están pensadas para la calle. Una vez que el conductor ha estacionado, el sistema se activa automáticamente y le indica qué paquetes debe recoger en su vehículo y a qué dirección corresponden. La navegación, entonces, se proyecta directamente sobre el entorno físico, ofreciendo un itinerario visual para llegar al portal o domicilio del cliente.
Además de la guía paso a paso, el dispositivo puede advertir sobre peligros en el entorno —como escaleras, mascotas sueltas o condiciones de baja visibilidad—, y en futuras versiones, se espera que detecte errores en tiempo real, como la entrega de un paquete en la dirección incorrecta.
El sistema incluye una pequeña unidad de control incorporada al chaleco del repartidor, con batería intercambiable para garantizar su uso durante toda la jornada. También cuenta con un botón de emergencia para contactar con los servicios de asistencia si es necesario. El dispositivo es compatible con lentes graduadas y cristales fotocromáticos, adaptándose así a las condiciones de luz variables.

Tecnología probada por repartidores, no en laboratorio
Amazon asegura haber desarrollado el dispositivo en colaboración con centenares de repartidores, que ofrecieron sus impresiones sobre la ergonomía, el peso, la visibilidad de los datos o la claridad de las indicaciones. Uno de ellos, Kaleb M., repartidor en Omaha (Nebraska), explica que “te sientes más seguro todo el tiempo porque tienes la información justo delante. No hace falta mirar al móvil: puedes mantener la vista en el entorno”.
La compañía lleva desde 2018 reforzando el ecosistema tecnológico que rodea a su red de reparto, especialmente a través del programa Delivery Service Partner (DSP). Las gafas se suman a un conjunto de herramientas que incluyen simuladores de entrenamiento, sistemas de clasificación de paquetes o plataformas de navegación específicas. En este contexto, el nuevo dispositivo parece ser un paso más hacia un modelo de entrega completamente asistido por tecnología.

Una solución para el futuro, pero también para la supervisión
Pese a las ventajas declaradas, el anuncio no está exento de preguntas. Las gafas no están activas durante la conducción, una precaución que responde tanto a cuestiones de seguridad vial como a posibles implicaciones legales. Sin embargo, el uso intensivo de tecnología en el proceso de reparto abre un debate más amplio sobre la vigilancia, el ritmo de trabajo y la presión operativa.
Amazon ya ha sido criticada anteriormente por el uso de herramientas que miden el rendimiento al detalle en sus almacenes. Este nuevo sistema, aunque con funciones orientadas a la asistencia, también puede suponer una nueva capa de supervisión sobre el trabajo de los DAs. El propio diseño del flujo de entrega —con escaneos, rutas guiadas y confirmaciones visuales— deja poco margen a la improvisación.
Además, el lanzamiento se produce en un momento en que otros actores relevantes del mercado están reevaluando sus estrategias de realidad aumentada. Microsoft, por ejemplo, ha reducido su inversión en el hardware de HoloLens, mientras que empresas como RealWear o Magic Leap exploran nichos más industriales. En este escenario, Amazon apuesta por una solución pragmática, funcional y centrada en una tarea concreta: repartir paquetes con menos fricción y mayor control.

Más allá de las gafas: un sistema de reparto asistido
En última instancia, las gafas forman parte de una visión más amplia. Amazon busca desarrollar un entorno completamente integrado, donde la tecnología acompañe al trabajador desde que el paquete entra en la furgoneta hasta que se deposita en la puerta del cliente. La empresa no ha anunciado aún un calendario de despliegue global, pero sí confirma que está recopilando feedback de los conductores para mejorar el diseño antes de una posible ampliación.
Según la compañía, las futuras versiones del dispositivo podrían incorporar capacidades de análisis más sofisticadas: desde el ajuste automático de lentes según la luz ambiental, hasta el reconocimiento contextual para evitar errores humanos o identificar obstáculos inesperados. Todo ello con una lógica clara: hacer más eficiente el reparto, reducir riesgos y mantener el control del proceso en todo momento.
Lo que aún no está claro es si esta eficiencia tecnológica también se traducirá en mejores condiciones para los trabajadores. La respuesta, probablemente, no vendrá solo del diseño de las gafas, sino del equilibrio entre ayuda y presión que estas tecnologías acaben introduciendo en el día a día del reparto.