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Permacrisis: ¿Qué es y cómo afecta a las empresas?

Permacrisis: ¿Qué es y cómo afecta a las empresas?

Inteligencia Artificial

La palabra   ha sido elegida como la palabra del año 2022 por el diccionario Collins, y no es para menos.

Este término, que significa un estado de crisis permanente, resume a la perfección la situación que estamos viviendo en el mundo actual, marcado por la pandemia, la recesión, el cambio climático, el terrorismo, el populismo, el brexit, la guerra comercial, la ciberseguridad, la desigualdad, la migración, la polarización y otros muchos desafíos que nos ponen a prueba constantemente.

La permacrisis no es una crisis puntual, sino una nueva normalidad que se caracteriza por la volatilidad, la incertidumbre, la complejidad y la ambigüedad (, por sus siglas en inglés). La permacrisis implica que vivimos en un mundo interconectado e interdependiente, donde cualquier acontecimiento en un lugar puede tener repercusiones globales, y donde no podemos predecir ni controlar las consecuencias de nuestras acciones.

También implica que vivimos en un mundo en constante cambio y evolución, donde las expectativas, las preferencias, las necesidades y los comportamientos de las personas se modifican rápidamente, y donde surgen nuevas oportunidades y amenazas.

La permacrisis afecta a todos los ámbitos de la sociedad, pero especialmente al ámbito empresarial, que se enfrenta a un entorno cada vez más competitivo, exigente e incierto. Las empresas que quieran sobrevivir y prosperar en la era de la permacrisis deben ser capaces de adaptarse y de transformarse, de innovar y de diferenciarse, de anticiparse y de responder, de aprender y de mejorar, de colaborar y de co-crear, de liderar y de empoderar. En definitiva, las empresas deben ser resilientes.

La se define como la capacidad de adaptarse y de recuperarse de las adversidades, y de salir fortalecido de ellas. La resiliencia es una cualidad esencial para las empresas en la permacrisis, ya que les permite afrontar los desafíos y aprovechar las oportunidades que se presentan, y mantener o mejorar su rendimiento y su competitividad. La resiliencia no es algo que se tenga o no se tenga, sino que se puede desarrollar y mejorar mediante diferentes estrategias, herramientas y metodologías.

Una de las principales estrategias para desarrollar la resiliencia empresarial es la , que consiste en el uso de las tecnologías digitales para mejorar los procesos, los productos, los servicios, los modelos y las experiencias de las empresas, y para crear valor para los clientes, los trabajadores, los socios y la sociedad. La transformación digital puede ayudar a las empresas a ser más resilientes ante la permacrisis, al permitirles:

  • Mejorar la eficiencia, al optimizar los recursos, reducir los costes, aumentar la productividad y la calidad, y eliminar los desperdicios y las ineficiencias.
  • Mejorar la flexibilidad, al facilitar la adaptación, la personalización, la escalabilidad y la modularidad de los procesos, los productos, los servicios y los modelos, y al responder a las demandas y necesidades cambiantes de los clientes y del mercado.
  • Mejorar la agilidad, al acelerar la toma de decisiones, la ejecución de acciones, la entrega de resultados y la generación de valor, y al reaccionar rápidamente a las oportunidades y amenazas que surgen en la permacrisis.
  • Mejorar la colaboración, al fomentar la comunicación, la coordinación, la integración y la sinergia entre los diferentes actores internos y externos de la empresa, y al aprovechar el talento, el conocimiento, la experiencia y los recursos de cada uno.
  • Mejorar la eficiencia, al optimizar los recursos, reducir los costes, aumentar la productividad y la calidad, y eliminar los desperdicios y las ineficiencias.
  • Mejorar la flexibilidad, al facilitar la adaptación, la personalización, la escalabilidad y la modularidad de los procesos, los productos, los servicios y los modelos, y al responder a las demandas y necesidades cambiantes de los clientes y del mercado.
  • Mejorar la agilidad, al acelerar la toma de decisiones, la ejecución de acciones, la entrega de resultados y la generación de valor, y al reaccionar rápidamente a las oportunidades y amenazas que surgen en la permacrisis.
  • Mejorar la colaboración, al fomentar la comunicación, la coordinación, la integración y la sinergia entre los diferentes actores internos y externos de la empresa, y al aprovechar el talento, el conocimiento, la experiencia y los recursos de cada uno.

La transformación digital es, por tanto, una palanca clave para la resiliencia empresarial, pero también implica una serie de desafíos y riesgos que deben ser tenidos en cuenta y abordados. Algunos de estos desafíos y riesgos son:

  • La resistencia al cambio, que puede dificultar la adopción, la adaptación y la integración de las tecnologías digitales en la cultura, la estrategia y la operativa de la empresa, y que puede generar rechazo, miedo, desconfianza y desmotivación entre los trabajadores, los clientes y los socios.
  • La brecha digital, que puede generar desigualdades, exclusiones y discriminaciones entre los diferentes actores de la empresa, en función de su acceso, su uso, su conocimiento y su competencia en las tecnologías digitales, y que puede afectar a la cohesión, la diversidad y la equidad de la empresa.
  • La ciberseguridad, que puede comprometer la confidencialidad, la integridad y la disponibilidad de la información, los datos, los sistemas y las redes de la empresa, y que puede provocar pérdidas, daños, robos, fraudes, sabotajes, ataques y vulneraciones de la empresa.
  • La ética, que puede cuestionar la legalidad, la moralidad y la responsabilidad de la empresa en el uso de las tecnologías digitales, y que puede afectar a la privacidad, la transparencia, la veracidad, la fiabilidad y la sostenibilidad de la empresa.
  • La transformación digital requiere, por tanto, de un liderazgo comprometido, de una estrategia clara, de una cultura abierta, de una gestión eficaz y de una evaluación continua, que permitan a la empresa aprovechar las oportunidades y afrontar los desafíos y riesgos que implica, y que contribuyan a mejorar la resiliencia de la empresa ante la permacrisis.

La permacrisis es una realidad que no podemos ignorar ni evitar, sino que debemos asumir y enfrentar. La permacrisis es un reto y una oportunidad para las empresas, que pueden salir fortalecidas o debilitadas de ella, en función de su capacidad de adaptación y de transformación, de innovación y de diferenciación, de anticipación y de respuesta, de aprendizaje y de mejora, de colaboración y de co-creación, de liderazgo y de empoderamiento. La permacrisis es, en definitiva, una invitación a la resiliencia empresarial, que puede ser facilitada y potenciada por la transformación digital.

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