La transformación del sector del entretenimiento está marcada por un cambio profundo: gran parte de los avances más recientes no se perciben a simple vista, pero se sostienen en infraestructuras digitales cada vez más complejas. Experiencias hiperpersonalizadas, contenidos audiovisuales generados por sistemas automáticos o producciones asistidas por inteligencia artificial (IA) dependen de arquitecturas técnicas avanzadas que operan como una columna vertebral invisible.
En su informe It’s Showtime: How AI is Reshaping Media & Entertainment , la consultora tecnológica Softtek analiza cómo la IA y las infraestructuras asociadas han pasado de ser un apoyo secundario a convertirse en el núcleo que habilita nuevos modelos de negocio.
Según este documento, la consolidación de tecnologías como la computación en la nube especializada, los gemelos digitales, el edge computing o los modelos fundacionales está impulsando una industria en la que las cadenas de valor se reorganizan en torno a la capacidad tecnológica disponible.
Inteligencia artificial y arquitectura digital como motores del cambio
La automatización de procesos creativos y de producción ha reducido tiempos y costes en áreas como la edición, la generación de guiones o la personalización de experiencias de usuario. Pero la verdadera capacidad de escalado proviene de la infraestructura que soporta estos algoritmos. Sin recursos de cálculo suficientes, ni un modelo de IA puede entrenarse ni un entorno interactivo puede operar en tiempo real.
Este cambio estructural está abriendo el acceso a herramientas que antes estaban reservadas a los grandes estudios. El uso de plataformas cloud específicas para medios o la posibilidad de emular procesos con gemelos digitales facilita la entrada de compañías medianas en segmentos de alto valor, siempre que cuenten con un soporte técnico adaptado y con soluciones escalables que se ajusten a sus capacidades.
Riesgos de concentración y homogeneización
El despliegue tecnológico actual no está exento de desafíos. Una de las principales advertencias que recoge el informe de Softtek es la creciente concentración tecnológica: gran parte de la infraestructura crítica para el entretenimiento depende de un número reducido de proveedores estratégicos. Esta situación expone a las empresas a cambios abruptos en políticas comerciales o condiciones de uso. Diversificar proveedores y fortalecer competencias técnicas internas se presenta como una estrategia para mitigar riesgos.
Otro punto señalado es la uniformidad de los contenidos. La producción automatizada basada en patrones de datos tiende a reproducir fórmulas similares, lo que puede reducir la diversidad cultural y creativa. Mantener un equilibrio entre automatización y supervisión humana resulta clave para preservar la originalidad y evitar una dependencia excesiva de los algoritmos en la toma de decisiones artísticas.
Brecha tecnológica para los nuevos competidores
El coste de acceso es otro de los factores críticos. Las pequeñas y medianas productoras encuentran dificultades para asumir las inversiones necesarias en infraestructura y personal especializado. Sin un apoyo técnico adecuado o sin modelos de negocio adaptados a su escala, estas compañías corren el riesgo de quedar relegadas, ampliando la distancia competitiva frente a los grandes grupos internacionales.
La recomendación que lanza Softtek es clara: apostar por soluciones modulares y escalables que permitan adoptar la tecnología de forma gradual y con un retorno sostenido en el tiempo, evitando inversiones desproporcionadas que puedan comprometer la viabilidad de los proyectos.
El papel estratégico de la infraestructura invisible
Doris Seedorf, directora general de Softtek en España, sintetiza esta transformación al señalar que “la infraestructura tecnológica es el motor silencioso que está redefiniendo la industria del entretenimiento. Pero su verdadero valor se alcanza cuando se implementa con una visión estratégica, que no solo optimice procesos, sino que potencie la creatividad y preserve la identidad de cada marca”.
De este modo, la industria se enfrenta a un doble reto: aprovechar la capacidad de la tecnología para ampliar el alcance de los contenidos y, al mismo tiempo, garantizar que esta base digital no limite la diversidad cultural ni concentre excesivamente el poder en pocos actores. El futuro del entretenimiento dependerá tanto de la evolución de la IA como de la solidez de esa infraestructura invisible que lo sostiene.
