En el marco de Zoomtopia 2025, el evento anual en el que Zoom presenta su visión y hoja de ruta tecnológica, la compañía ha reforzado su reposicionamiento como plataforma de trabajo AI-first.
Bajo el lema Zoom for the People, la propuesta no gira en torno a la automatización por sí misma, sino a poner la inteligencia artificial al servicio de las personas, en un momento marcado por la fatiga tecnológica y la fragmentación de herramientas.
Con más del 90 % de los profesionales reportando sobrecarga digital y más de la mitad dedicando más de 11 horas semanales a buscar información dispersa, Zoom plantea una alternativa: una capa unificada de IA que reduzca fricción, devuelva tiempo útil y transforme cada interacción en un resultado tangible. El objetivo es claro: conectar a las personas con el progreso, sin perder el control humano del trabajo.
Zoom for the People: significado y alcance
Zoom for the People no es un eslogan de campaña ni una frase aspiracional. Es la articulación de una estrategia que sitúa a las personas en el centro de la experiencia tecnológica. El lema refleja un giro claro de Zoom hacia una visión más humanista, donde la innovación en inteligencia artificial y colaboración solo tiene sentido si se traduce en empoderamiento real.
Este enfoque parte de una comprensión amplia del trabajo: no se trata únicamente de hacer reuniones más eficientes, sino de rediseñar la experiencia laboral para priorizar la productividad significativa, el bienestar y la inclusión. La intención de Zoom es que la IA debería liberar tiempo, reducir la fatiga digital y facilitar que los equipos se centren en lo que realmente importa.
En este sentido, Zoom apuesta por una democratización del acceso. Su AI Companion se incluye sin coste adicional en las suscripciones, en contraste con la estrategia de otros competidores que relegan la IA a funcionalidades premium. Esto forma parte de una filosofía que entiende el progreso como algo personalizado y escalable: tanto para quien necesita más tiempo con su familia como para quien quiere escalar una startup a nuevos mercados.
Además, el lema se concreta en problemas reales. Por ejemplo, en el ámbito del contact center, la IA de Zoom no solo automatiza tareas repetitivas, sino que también sugiere descansos para prevenir el burnout. Del mismo modo, su diseño busca minimizar la sobrecarga digital, transformando flujos dispersos en decisiones, entregables y resultados. Es, en definitiva, una IA pensada para las personas, no para sustituirlas.
AI Companion 3.0: de asistente a compañero proactivo
La materialización técnica de esta estrategia llega con AI Companion 3.0, presentado en Zoomtopia 2025, una versión profundamente transformada de su inteligencia artificial, concebida no solo como un asistente, sino como un verdadero compañero de trabajo proactivo: capaz de actuar, decidir y coordinar tareas por sí mismo.
Sus capacidades se articulan en cuatro dimensiones:
- Memoria: conoce el contexto del usuario y sus preferencias.
- Razonamiento: analiza situaciones y sugiere la mejor acción.
- Acciones: ejecuta tareas, desde preparar una reunión hasta responder en nombre de un equipo.
- Orquestación: coordina múltiples agentes y herramientas, incluso en sistemas externos como Microsoft o Google.
Aplicaciones prácticas ya en marcha:
- Free up my time: recomienda qué reuniones saltarse y genera notas automáticas.
- Prepare me for a meeting: compila contexto, acuerdos previos y próximos pasos.
- Group Assistant: responde en nombre de un equipo o facilita tareas en salas físicas.
- Búsqueda unificada en Zoom y apps de terceros, con recuperación inteligente de información.
La ambición es clara: pasar de la asistencia puntual a la orquestación integral del trabajo.
Cultura, bienestar e inclusión
Más allá de la productividad, “Zoom for the People” propone una redefinición profunda de lo que significa conectar. En la visión de Zoom, la conexión ya no se limita a verse y oírse en una pantalla: se trata de crear experiencias laborales que sean inclusivas, sostenibles y emocionalmente saludables.
Esto se traduce en decisiones de producto que van más allá de la funcionalidad. La incorporación de avatares realistas y la traducción en tiempo real en las reuniones no son solo recursos técnicos: buscan facilitar la colaboración entre equipos multiculturales y garantizar que nadie quede fuera por una barrera lingüística. En entornos laborales cada vez más híbridos y distribuidos, estas funciones refuerzan la cohesión y la accesibilidad.
Pero la apuesta más interesante aparece en el ámbito del bienestar. En el entorno de atención al cliente, por ejemplo, la IA no solo responde más rápido o automatiza procesos: también puede actuar como una especie de cuidado digital para los agentes, sugiriendo pausas cuando detecta señales de fatiga o acumulación de tareas. Aquí, la tecnología se convierte en aliada del equilibrio, no en fuente de presión adicional.
En este nuevo enfoque, cada conversación, cada reunión, cada mensaje es una oportunidad para avanzar hacia algo concreto. Ya sea una pequeña empresa resolviendo una incidencia o un comité ejecutivo tomando una decisión estratégica, el propósito es convertir cada momento de interacción en un resultado valioso y humano.
Una respuesta a la sobrecarga digital
En un contexto donde las organizaciones conviven con un ecosistema creciente de herramientas, plataformas y canales, la sobrecarga digital se ha convertido en uno de los grandes enemigos de la productividad. Según datos compartidos por Zoom, más del 90 % de los profesionales se sienten abrumados por el exceso de sistemas, y casi un 60 % dedica más de once horas semanales simplemente a buscar información dispersa.
Frente a esta realidad, Zoom for the People se presenta como una respuesta estructural, no como una función añadida. La estrategia de la compañía pasa por consolidar una única capa de inteligencia artificial que integre todas las superficies de trabajo —reuniones, llamadas, mensajería, documentos— y actúe como una interfaz coherente, proactiva y contextual. No se trata solo de hacer más tareas, sino de hacer menos cosas irrelevantes.
La visión de Zoom se alinea con un principio cada vez más valorado en entornos empresariales: devolver tiempo útil a los equipos. En lugar de obligar a los usuarios a saltar entre aplicaciones o reinterpretar constantemente su flujo de trabajo, AI Companion 3.0 promete actuar como una capa unificadora, orientada a eliminar ruido y optimizar cada minuto invertido.
Esta ambición no es menor. Si se cumple, implicaría que el trabajo no solo sería más eficiente, sino también más sostenible y menos fragmentado, una demanda creciente entre profesionales que ya no buscan solo rendimiento, sino equilibrio.
Diferenciación competitiva: confianza, acceso y flexibilidad
En un mercado dominado por gigantes como Microsoft o Google, Zoom ha elegido competir desde un lugar distinto: la confianza, el acceso universal a la IA y una arquitectura flexible adaptada a las necesidades reales de los usuarios.
Uno de los mensajes más contundentes de Zoomtopia 2025 ha sido su decisión de incluir AI Companion sin coste adicional en todas las cuentas de pago. Es una apuesta por democratizar el acceso a la inteligencia artificial, no limitarla a quienes puedan permitirse funciones premium. Esta elección no solo refuerza su propuesta de valor, sino que también marca una diferencia clara frente a modelos que fragmentan la experiencia según la tarifa.
A esto se suma un compromiso explícito con la privacidad y la transparencia. Zoom ha reiterado que no utiliza contenido de sus clientes para entrenar modelos, ni propios ni de terceros, y que todas las funciones de IA están claramente señalizadas cuando están activas. Es una forma directa de abordar las preocupaciones regulatorias, especialmente relevantes en Europa, donde la adopción tecnológica está cada vez más condicionada por criterios de confianza y cumplimiento normativo.
Además, su enfoque federado en el uso de modelos de lenguaje le permite adaptar la experiencia a cada caso de uso sin depender de un único proveedor. Esta capacidad de modular la IA según contexto —combinando modelos internos y externos— proporciona resiliencia tecnológica y un mejor ajuste a los flujos de trabajo concretos de cada organización.
En conjunto, esta combinación de precio justo, arquitectura abierta y garantías éticas no solo responde a una estrategia comercial: es la materialización de una visión donde la tecnología no impone condiciones, sino que se adapta a las personas.
Más que narrativa, un cambio de enfoque
Zoom for the People representa una evolución estratégica que va más allá del marketing. Es el resultado de repensar la tecnología desde una lógica centrada en las personas, no solo en la eficiencia.La compañía no solo ha reformulado su propuesta tecnológica con AI Companion 3.0, sino que ha articulado una visión más amplia: humanizar el trabajo digital, reducir su complejidad y devolver tiempo útil a quienes lo hacen posible. Esa ambición se refleja en su arquitectura técnica, en sus decisiones de acceso y privacidad, y en su alineamiento con los valores y exigencias del mercado europeo.
En última instancia, el éxito de esta estrategia dependerá de algo muy concreto: que la IA de Zoom consiga acortar de forma real el trayecto entre cada conversación y su resultado. Si lo logra, no solo habrá inspirado una nueva narrativa corporativa. Habrá transformado —con evidencia, no con promesas— la forma en que trabajamos.
