La colaboración entre Siemens y Capgemini, dos actores consolidados en el ámbito de la digitalización industrial, da un nuevo paso con el anuncio de una alianza reforzada centrada en el desarrollo conjunto de soluciones nativas de inteligencia artificial para la ingeniería, la fabricación y las operaciones de productos. El objetivo no es simplemente integrar IA en procesos existentes, sino concebir soluciones desde cero con esta tecnología como núcleo estructural.
La iniciativa se articula en torno a 16 áreas de impacto que abarcan desde la eficiencia operativa hasta la sostenibilidad, pasando por la reducción de tiempos de comercialización y la mejora de la calidad. Según datos facilitados por ambas compañías, estas soluciones se construirán combinando el software industrial, la automatización y la electrificación de Siemens con las capacidades de consultoría tecnológica y conocimiento sectorial de Capgemini.
Más allá de la promesa tecnológica, la alianza busca abordar uno de los desafíos persistentes en la industria: la integración efectiva entre los sistemas de TI y los sistemas operativos. Una tarea que, pese a los avances en digitalización, sigue generando fricciones en sectores como el farmacéutico, el aeroespacial o el de automoción. La clave, según explican desde Siemens, está en el uso de tecnologías como los gemelos digitales y la automatización de nueva generación, que permiten orquestar procesos complejos y eliminar silos entre departamentos.
Cedrik Neike, CEO de Digital Industries y miembro del consejo de administración de Siemens AG, lo resume con una metáfora: “Capgemini es como una brújula, conoce profundamente los desafíos de nuestros clientes. Siemens proporciona el motor: tecnologías como la IA industrial y los gemelos digitales”.
La alianza, sin embargo, no parte de cero. Siemens y Capgemini llevan casi dos décadas colaborando y actualmente dan soporte conjunto a más de 100 clientes en 20 países. Lo que cambia ahora es el alcance: el foco se amplía a sectores emergentes como el hidrógeno o el tratamiento de aguas residuales, y se refuerzan los equipos técnicos con nuevos perfiles certificados en múltiples tecnologías.
Uno de los elementos diferenciales del acuerdo es su orientación hacia soluciones nativas de IA, es decir, diseñadas desde el inicio con inteligencia artificial como arquitectura base. Esto contrasta con enfoques más tradicionales, donde la IA se añade como una capa posterior. El matiz es relevante: permite automatizar decisiones complejas, anticipar fallos o rediseñar procesos completos con mayor agilidad.
Los primeros resultados ya son visibles en proyectos piloto. En Airbus, por ejemplo, Siemens y Capgemini están colaborando en la descarbonización de cuatro plantas industriales en EE. UU. y Reino Unido. El objetivo es ambicioso: reducir el consumo energético en un 20% y las emisiones fijas (alcance 1 y 2) en un 85% antes de 2030. Para ello, se están utilizando gemelos digitales del sistema energético que permiten simular estrategias de eficiencia antes de implementarlas. Capgemini aporta la planificación y gestión del proyecto, mientras Siemens proporciona la tecnología.
En el sector farmacéutico, Sanofi ha comenzado a estandarizar sus procesos de producción y a desplegar sistemas de ejecución de manufactura (MES) en varias plantas. El uso de IA generativa ha permitido digitalizar los registros de lote, reducir en un 70% el tiempo de revisión y disminuir en un 80% las desviaciones. Más allá de los porcentajes, el cambio apunta a una transformación estructural en la forma de operar.
Otro caso destacado es el de GravitHy, una empresa francesa del sector siderúrgico centrada en la producción de hidrógeno. Siemens y Capgemini han contribuido a digitalizar sus procesos industriales, con un impacto directo en la eficiencia operativa y una reducción estimada del 10% en el coste de producción del hidrógeno. Aunque el dato aún debe consolidarse, ilustra el potencial de estas tecnologías en sectores intensivos en energía.
El acuerdo también tiene implicaciones organizativas. Capgemini ampliará su equipo de expertos para reforzar las capacidades tecnológicas de Siemens, una señal de que la demanda de soluciones industriales basadas en IA está creciendo más rápido de lo previsto. La colaboración se centrará especialmente en los sectores aeroespacial, automovilístico y sanitario, aunque se mantendrá abierta a otros mercados en transformación.
La alianza se produce en un momento en que la industria europea busca acelerar su digitalización sin perder competitividad ni comprometer sus objetivos de sostenibilidad. En ese equilibrio, la IA industrial aparece como una palanca clave, pero también como un terreno aún en construcción. Las promesas son muchas, pero la ejecución sigue siendo el verdadero reto.
Siemens, con unos ingresos de 75.900 millones de euros en 2024 y una plantilla global de más de 312.000 empleados, aporta una infraestructura tecnológica consolidada. Capgemini, por su parte, registró 22.100 millones de euros en ingresos y cuenta con 420.000 profesionales en más de 50 países. La escala de ambas compañías permite abordar proyectos complejos con una visión global, aunque la implementación efectiva seguirá dependiendo de factores locales: regulaciones, infraestructuras y cultura organizativa.
En última instancia, el éxito de esta alianza dependerá menos de la tecnología en sí que de su capacidad para integrarse en entornos industriales reales. Y ahí, como reconocen ambas compañías, el trabajo apenas ha comenzado.
