La expansión del deporte hacia escenarios alejados de las infraestructuras urbanas plantea un reto común: la ausencia de cobertura terrestre fiable. Maratones en parajes montañosos, regatas transoceánicas o pruebas ciclistas en áreas rurales requieren redes capaces de sostener tanto la retransmisión como la coordinación logística y la atención sanitaria. En estos contextos, la conectividad por satélite se convierte en el soporte imprescindible que garantiza el funcionamiento de la competición.
Una infraestructura invisible pero determinante
El satélite no sustituye a los servicios finales —como el cronometraje, las transmisiones televisivas o la gestión digital de acreditaciones—, pero constituye la base sobre la que se despliegan. Su papel es asegurar un acceso estable a la red allí donde no llegan ni la fibra ni la telefonía móvil, ofreciendo cobertura en entornos donde la comunicación es crítica para organizadores, jueces, equipos médicos, patrocinadores y medios de comunicación.
Como subraya Rodrigo Ladrón de Guevara, director ejecutivo de Serenae:
“Hoy la conectividad es tan crítica como los dorsales o los avituallamientos. Nuestro papel no es dar el servicio final, sino asegurar la cobertura estable para que retransmisores, cronometradores o equipos médicos puedan trabajar sin limitaciones. Somos la red invisible que lo hace posible”.
Gracias a esta infraestructura, es posible enviar imágenes en directo a plataformas de streaming, coordinar la logística de voluntarios en lugares de difícil acceso o mantener la visibilidad digital de los patrocinadores en tiempo real. Todo ello se apoya en un sistema de comunicaciones que opera de manera discreta, pero que resulta esencial para la organización.
Telemedicina en competiciones deportivas
Uno de los ámbitos en los que la conectividad satelital ha demostrado mayor impacto es la salud de los deportistas. En pruebas desarrolladas en mar abierto o en tramos aislados de montaña, la empresa Comitas e-Health despliega unidades médicas móviles que funcionan como extensiones de un hospital gracias a la cobertura por satélite.
Estos dispositivos permiten transmitir pruebas diagnósticas como radiografías, electrocardiogramas o ecografías portátiles a especialistas ubicados a cientos de kilómetros, y recibir en tiempo real sus indicaciones. Javier Fernández-Amigo, director de Operaciones de Comitas e-Health, lo resume así:
“Gracias a la conexión satelital de Serenae, nuestras unidades móviles funcionan como una extensión del hospital: compartimos pruebas diagnósticas al instante y consultamos con especialistas en directo. En una regata en alta mar o en una etapa remota, esa inmediatez marca la diferencia”.
La telemedicina asistida por satélite refuerza la capacidad de respuesta ante emergencias, permitiendo que médicos a distancia apoyen al personal sanitario desplazado en el terreno, incluso en escenarios sin ningún otro tipo de conectividad.
Un futuro de audiencias conectadas en directo
La evolución del deporte hacia entornos más extremos y espectaculares coincide con una demanda creciente de audiencias que esperan seguir estas pruebas en directo y con calidad equiparable a la de un estadio. Lograrlo no depende únicamente de cámaras y plataformas digitales, sino de una conectividad que permita el envío constante de datos desde los lugares donde se desarrollan los eventos.
El satélite, en este sentido, se consolida como el elemento que hace posible el ecosistema digital de las competiciones: desde la coordinación organizativa hasta la seguridad de los participantes, pasando por la retransmisión global.
