Cuando uno habla con Sridhar Iyengar entiende enseguida que Zoho se mueve con una lógica distinta a la del resto de la industria. La inauguración de su nueva sede central para España en Valencia, un espacio de más de mil metros cuadrados en pleno centro de la ciudad, podría interpretarse como un hito más en la expansión de una empresa global. Pero para Iyengar es algo distinto, casi un punto de inflexión. Zoho aterrizó físicamente en Valencia en 2021 con el apoyo de Invest in Valencia y desde entonces ha multiplicado su plantilla local por más de cuarenta y ha registrado un crecimiento del 70 por ciento. Hoy la compañía da soporte a más de doce mil empresas españolas, además de clientes en Portugal, Italia y Grecia.
Sentados frente a frente, su mensaje se repite como un hilo conductor: esto no es un movimiento táctico, es el inicio de un ciclo nuevo. Zoho aspira a tejer raíces profundas en el sur de Europa y a aplicar en esta región su filosofía de transnational localism, un modelo que combina presencia global con arraigo territorial. Y lo hace en un contexto donde la inteligencia artificial presiona a las organizaciones para acelerar su madurez digital, pero donde la calidad del dato y la capacidad de acompañamiento se vuelven más determinantes que nunca.
Un nuevo capítulo en la estrategia europea
La conversación arranca con la pregunta inevitable: ¿qué representa realmente la apertura de esta sede en Valencia dentro de la estrategia de Zoho en Europa?
Iyengar responde sin rodeos. Para él, la inauguración es “un paso importante, un nuevo comienzo” en una compañía que, pese a llevar casi tres décadas operando, sigue actuando con mentalidad de largo plazo. “No es el final del juego, es el inicio de uno nuevo”, resume.
Su argumento es claro. Estar cerca del mercado no es un gesto simbólico, sino una condición para entender los problemas reales de los clientes, de los socios y de la propia comunidad local. “Si no estás cerca, no puedes ver ni entender lo que ocurre”, insiste. Y es ahí donde Valencia adquiere un papel estratégico dentro del sur de Europa.
La magnitud de la oportunidad también pesa. España sola concentra 3,5 millones de empresas. Zoho ya supera las doce mil en su base instalada, pero Iyengar recuerda que todavía es solo una fracción del mercado potencial. “Todas las empresas necesitan plataformas digitales y un socio tecnológico que pueda acompañarlas durante años”, comenta. Ese acompañamiento, recalca, solo es sostenible si no se percibe como algo caro, complejo o inalcanzable.
Transnational localism: globales, pero con raíces
La filosofía de transnational localism es, posiblemente, la pieza más singular del relato de Zoho. Iyengar la describe como una forma de operar en la que globalidad y proximidad se equilibran de forma natural. “Podemos estar presentes en ciento cincuenta países, pero si no estamos arraigados en cada comunidad no podemos entender sus problemas”, explica.
Ahora bien, esa proximidad no se limita a traducir interfaces o adaptar funcionalidades. Para Iyengar, localizar significa comprender la cultura y la dinámica de cada mercado. Y eso solo se consigue descentralizando.
“Las decisiones no deben tomarse en una oficina central. Si hay un problema en España, el mejor equipo para decidir es el que está en España”, insiste. La sede de Valencia se convierte así en una palanca para trasladar el ADN de la compañía al territorio y combinarlo con el talento y la cultura local. Es un proceso lento, reconoce, pero forma parte del método de Zoho. “Por eso hemos trabajado durante veintinueve años, y por eso digo que aquí empieza una nueva etapa”.
El largo plazo como ventaja competitiva
La industria tecnológica vive obsesionada con el corto plazo, pero Zoho no parece jugar ese juego. Cuando le pregunto si este modelo es escalable, Iyengar no duda. Zoho ya lo ha demostrado al pasar de estar presente solo en India y Estados Unidos hace una década a operar con oficinas en numerosos países. El método es siempre el mismo: trasladar cultura, compartir modelos de trabajo y mezclarla con la realidad local. Sin urgencias. Sin prisas.
“Sabemos que esto dará frutos dentro de diez años”, resume. Esa paciencia estratégica es, para él, uno de sus diferenciales más sólidos frente a sus competidores.
Datos primero, inteligencia después
En un ecosistema saturado de mensajes sobre inteligencia artificial, Zoho mantiene un discurso sorprendentemente sobrio. “La IA solo funciona cuando los datos están preparados”, recuerda Iyengar, alineado con una de sus ideas recurrentes en el ecosistema europeo.
Ante la pregunta sobre cómo llevan capacidades avanzadas de IA a empresas pequeñas o en proceso de maduración, su respuesta es precisa. Zoho parte de un elemento esencial: el dato ya existe. Cada interacción, cada contenido, cada operación genera información. La clave es organizarlo, mantenerlo seguro en sus centros de datos europeos y conectar los flujos para crear una visión unificada dentro de cada compañía.
Ese enfoque permite que todos los departamentos trabajen con el mismo conjunto de datos. “El cliente avanza a lo largo de un recorrido en el que interactúa con marketing, con ventas, con soporte. Lo importante es que la empresa sepa en qué momento está ese cliente y qué necesita”, reflexiona.
Sobre la IA, Iyengar evita el triunfalismo. Para él, debe ser un asistente, no un sustituto. “Hay decisiones que la inteligencia artificial toma muy bien y otras que requieren criterio humano”, señala. Por eso Zoho la integra como una capa de inteligencia que acelera decisiones, identifica patrones y hace más eficiente el trabajo.
Privacidad y competitividad sin sacrificar datos
Le planteo el dilema que afrontan muchas empresas: cómo equilibrar privacidad y utilidad en un entorno donde los modelos gigantescos de lenguaje parecen dominar la narrativa. Iyengar distingue claramente el contexto B2B del B2C. “El dato empresarial no necesita un LLM entrenado con información masiva de consumidores”, explica. Para Zoho, la solución pasa por introducir sus propios modelos dentro del entorno del cliente. Los datos no se comparten, no se mezclan con los de otros clientes y no se usan para entrenar modelos externos.
Si el cliente necesita comparar su desempeño con información del sector, puede hacerlo voluntariamente. Esa decisión no la toma Zoho, la toma la empresa. Para Iyengar, esta es la única forma de preservar la privacidad en entornos donde el dato es, literalmente, el alma del negocio.
El reto de acompañar a empresas de cualquier tamaño
Una parte clave de su estrategia es atender a todo tipo de empresas, desde freelancers y autónomos hasta organizaciones con decenas de miles de usuarios. Iyengar rechaza la idea, tan habitual en el sector, de abandonar el segmento pequeño en busca de mayor margen. “Queremos servir a empresas de cualquier tamaño y acompañarlas durante todo su ciclo de vida”, afirma.
El enfoque modular lo permite. Un emprendedor puede empezar con Zoho Begin, su CRM más básico, y crecer hacia versiones profesionales o empresariales sin cambiar de plataforma ni perder los datos acumulados. Para Iyengar, esta continuidad es esencial para que las empresas no se vean obligadas a migrar cada vez que crecen. “No queremos que los clientes nos superen. Queremos crecer con ellos”.
Valencia como nodo estratégico del sur de Europa
Volvemos a la ciudad que nos acoge durante esta entrevista. ¿Qué papel juega Valencia en esta estrategia? Iyengar la describe como un hub estratégico para el sur de Europa por tres razones: talento técnico, ecosistema emprendedor y una creciente presencia empresarial.
Destaca la voluntad del Ayuntamiento y de la Generalitat Valenciana para impulsar este tejido. La inauguración contó con la concejala de Turismo, Innovación y Captación de Inversiones, Paula Llobet, y con la directora general de Emprendimiento e Internacionalización, Ester Olivas. Pero lo que más le interesa a Iyengar no es el reconocimiento institucional, sino la colaboración.
Valencia le ofrece algo clave: capacidad para construir talento, no solo contratarlo. Zoho quiere participar en programas con universidades, aceleradoras e incubadoras para formar perfiles preparados para la industria. “El talento no siempre está disponible, a veces hay que construirlo”, apunta. Esa visión encaja con su estrategia de crecimiento orgánico y con la idea de que su mejor marketing es la relación que establecen con el ecosistema.
Mirando a 2026: un mensaje para las empresas españolas
Antes de terminar, le pido un mensaje para las empresas que están avanzando en su madurez digital mientras el mercado acelera en inteligencia artificial y la presión competitiva aumenta.
Iyengar hace una pausa. Luego lo resume así: Zoho está aquí para quedarse, es un socio flexible y aporta innovación constante. Cada año lanzan nuevos productos, nuevas capacidades, nuevas funciones que buscan trasladar de forma directa a sus clientes. Y remata con una invitación sencilla: “Que nos den una oportunidad. Les va a sorprender”.
Zoho se presenta como una compañía que no compite en velocidad, sino en constancia. Su apuesta por Valencia es una declaración de intenciones. Iyengar no busca titulares ni grandes promesas. Busca raíces. Y en un momento en el que las empresas españolas se enfrentan al desafío de aprovechar la inteligencia artificial con una base de datos sólida, esa visión a largo plazo puede marcar una diferencia real.
La conversación deja una sensación clara: Zoho quiere jugar el largo plazo en España y en el sur de Europa. Y empieza en Valencia, con la intención de acompañar a las empresas desde su primer usuario hasta su etapa de mayor crecimiento, sin perder nunca de vista el contexto local.
