
Editor en La Ecuación Digital. Consultor de Innovación y Estrategia…
En el marco del DigitalES Summit 2025, moderé la mesa redonda Revolución digital y verde: los datos como clave, una sesión que reunió a representantes de la administración pública y del sector tecnológico para explorar un tema que, aunque ampliamente presente en agendas corporativas y discursos institucionales, aún plantea importantes desafíos prácticos: cómo convertir los datos en una herramienta estratégica real para acelerar la transición ecológica y digital.
Revolución digital y verde: los datos como clave – DigitalES Summit 2025
Más allá del potencial técnico de tecnologías como el 5G, la inteligencia artificial o el IoT, el debate se centró en el valor estructural del dato como motor transversal de cambio: desde la eficiencia energética y la economía circular hasta la mejora de servicios urbanos y sanitarios. Lejos de tratarse de un recurso secundario, los datos fueron presentados como el eje vertebrador sobre el que deben construirse decisiones más informadas, sostenibles y compartidas.
Con la participación de Ruth del Campo, directora general del Dato del Gobierno de España; Javier Martín, Iberia Distribution Manager en Lexmark; y José Luis Maté, CTO de NEC, el debate abordó los datos no como un subproducto de la digitalización, sino como su auténtico motor, especialmente ante retos estructurales como la descarbonización, la eficiencia energética o la sostenibilidad urbana.

El valor estratégico del dato desde la administración pública
La Dirección General del Dato, creada hace menos de dos años, tiene el mandato de maximizar el uso y el valor del dato en todos los sectores. Ruth del Campo subrayó que los datos solo generan valor cuando se comparten con un propósito claro y se aplican a resolver retos específicos. Para ello, la administración está impulsando espacios de datos sectoriales con una triple estrategia: creación de entidades promotoras, habilitación tecnológica e incorporación progresiva de empresas y organismos participantes.
Uno de los pasos más recientes en esa dirección es el Kit Espacios de Datos, anunciado para después del verano, que facilitará la conexión de empresas a estos entornos interoperables. Este enfoque pretende acelerar la economía del dato, que ya representa el 4 % del PIB y se proyecta por encima del 5 % en los próximos años.
Del Campo enfatizó también la necesidad de un gobierno del dato sólido, especialmente en un contexto en el que tecnologías como la inteligencia artificial requieren conjuntos de datos fiables, gobernados y con trazabilidad. Desde su perspectiva, el dato no es el fin, sino la herramienta para una transformación digital responsable, eficaz y sostenible.
Lexmark: economía circular basada en datos e IoT

Desde el ámbito empresarial, Javier Martín detalló la experiencia de Lexmark como caso práctico de cómo los datos, cuando se integran desde el diseño del producto hasta el final de su vida útil, pueden dar forma a una estrategia robusta de economía circular.
Con dispositivos que incorporan sensores desde hace más de dos décadas, la compañía ha conseguido mejorar la eficiencia de sus productos, alargar su vida útil y reducir los ciclos industriales. Un ejemplo concreto: gracias al análisis de uso y desgaste, han incrementado por cuatro la resistencia de componentes clave en sus impresoras, lo que reduce la necesidad de recambios y minimiza el impacto ambiental.
Además, Lexmark mantiene desde 1991 su Cartidge Collection Program, mediante el cual reacondiciona millones de tóners al año. Solo su planta en Ciudad Juárez (México) procesa 20.000 unidades diarias. Como resultado, han reducido el consumo de agua en procesos industriales un 75 % desde 2005, y sus nuevos productos incorporan al menos un 39 % de componentes reciclados.
Martín subrayó que la sostenibilidad no debe entenderse como una estrategia aparte, sino como una forma de tomar decisiones conscientes, tanto en el consumo personal como en la gestión empresarial.
NEC: gemelos digitales e inteligencia artificial para ciudades sostenibles

José Luis Maté, por su parte, trasladó la conversación al contexto urbano. Desde NEC están desarrollando soluciones de gemelos digitales e inteligencia artificial urbana que permiten a las ciudades simular escenarios, prever impactos y tomar decisiones en tiempo real. “Ya no se trata de actuar cuando surge el problema, sino de anticiparse y reaccionar antes”, explicó.
Un gemelo digital, según Maté, es una réplica virtual de infraestructuras o entornos urbanos, capaz de predecir cómo se comportarán en distintas condiciones. Por ejemplo, permite analizar el efecto de introducir zonas verdes en la mitigación del calor, el impacto de cortes de tráfico o la contaminación generada por una nueva infraestructura.
La inteligencia artificial, por su parte, actúa como el cerebro de la ciudad, recopilando datos del tráfico, la meteorología o el padrón para ofrecer soluciones automatizadas y adaptativas. El enfoque de NEC no se limita a la tecnología, sino que se centra en identificar casos de uso reales, trabajar con administraciones locales y asegurar que las soluciones aporten valor tangible a la ciudadanía.
Casos concretos y sectores prioritarios
La administración ha financiado ya cerca de 200 proyectos de espacios de datos, muchos de ellos con varios casos de uso cada uno. Según Ruth del Campo, los sectores más activos han sido salud, agroalimentario, comercio y movilidad, aunque también se han impulsado iniciativas en turismo, logística o sostenibilidad industrial.
Entre los ejemplos destacados:
- Uso compartido de datos sanitarios entre sistemas públicos y privados para mejorar la atención y la eficiencia.
- Proyectos con cooperativas agrícolas para resolver retos logísticos mediante análisis compartido de datos.
- Iniciativas turísticas donde campings y alojamientos ajustan su operativa según previsiones meteorológicas, festivos europeos o patrones de movilidad.
Este tipo de espacios, aclaró Del Campo, permiten monetizar la información y dar forma a modelos de negocio nuevos o más eficientes, siempre bajo criterios de gobernanza, protección de datos y utilidad práctica.
Claves finales: propósito, colaboración y madurez digital

En el cierre de la sesión, los tres ponentes coincidieron en que la clave no es acumular más datos o sensores, sino saber para qué se usan y con qué propósito se aplican. La sostenibilidad, el impacto social y la eficiencia operativa son objetivos alcanzables solo si se parte de una estrategia de datos bien estructurada y con colaboración público-privada.
Mientras Ruth del Campo instó a las empresas a aprovechar los fondos disponibles de forma responsable y con ambición, Javier Martín defendió una cultura de coherencia entre decisiones personales y empresariales en materia de consumo y sostenibilidad. Por su parte, José Luis Maté recordó que una ciudad inteligente no es la que más tecnología tiene, sino la que la usa con inteligencia para resolver problemas reales de las personas.