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Poco después de su elección como el primer papa estadounidense, León XIV delineó el sábado las directrices principales de su pontificado, subrayando la continuidad con la línea de su predecesor, Francisco, y destacando la inteligencia artificial (IA) como uno de los desafíos más relevantes para la humanidad. En su primer discurso ante el Colegio de Cardenales, el pontífice vinculó la actual revolución tecnológica con la cuestión social ya abordada por el papa León XIII en el siglo XIX, según detallan medios internacionales como CNN.
En un contexto marcado por el fallecimiento reciente de Francisco y la rápida elección del nuevo papa —Robert Prevost, originario de Chicago—, León XIV utilizó su alocución para remarcar tanto su adhesión a los principios del Concilio Vaticano II como su intención de afrontar los efectos sociales y éticos derivados del avance de tecnologías disruptivas. En sus propias palabras, la Iglesia ofrece hoy “el tesoro de su doctrina social en respuesta a otra revolución industrial y a los desarrollos en el ámbito de la inteligencia artificial que plantean nuevos desafíos para la defensa de la dignidad humana, la justicia y el trabajo”.
Referencias históricas y elección del nombre
La elección del nombre pontificio no ha sido casual. León XIV ha explicado que su decisión rinde homenaje a León XIII, conocido por su encíclica Rerum Novarum (1891), donde se abordaban los efectos sociales de la Revolución Industrial y se sentaban las bases de la doctrina social contemporánea de la Iglesia. En su intervención, el nuevo papa trazó un paralelismo entre aquel contexto histórico y los desafíos que supone hoy la IA, a la que consideró parte de una nueva transformación industrial.
La encíclica de León XIII supuso un hito en la postura eclesial frente al trabajo, la propiedad y el papel del Estado. Hoy, León XIV insinúa que su papado podría desempeñar un papel análogo frente a los impactos sociolaborales de la automatización, la digitalización y el desarrollo de modelos algorítmicos.
Prioridades: sinodalidad, inclusión y atención a los marginados
Durante su primera audiencia formal con los cardenales, que comenzó con una ovación en pie, el nuevo pontífice reiteró su adhesión al espíritu de Francisco. Mencionó expresamente la necesidad de avanzar en “la colegialidad y la sinodalidad”, conceptos reforzados en el último decenio como parte del proceso de reforma de la estructura eclesial.
Asimismo, insistió en el compromiso con los sectores más vulnerables: “la Iglesia ha de guiarse por un enfoque misionero […] y por el cuidado amoroso hacia los últimos y los rechazados”. El mensaje repitió varios de los principios esbozados en Evangelii Gaudium, la exhortación apostólica de Francisco de 2013, que León XIV citó como fuente de inspiración para su ministerio.
La IA en el centro de la reflexión eclesial
En los últimos años, el Vaticano ha publicado documentos sobre el impacto de la inteligencia artificial, incidiendo en cuestiones de verdad, ética y manipulación de la información. Francisco ya había advertido sobre la capacidad de los algoritmos para generar narrativas falsas presentadas como verídicas. Ahora, León XIV da un paso más al situar esta cuestión como uno de los pilares de su mandato.
Aunque no se detallaron medidas específicas, el nuevo pontífice dejó claro que la IA será un tema de reflexión prioritario en el seno de la Iglesia. Se abre así un posible escenario para la elaboración de nuevas encíclicas u orientaciones doctrinales que actualicen la posición católica ante los retos del aprendizaje automático, la automatización laboral y los derechos digitales.
Primeras señales del nuevo pontificado
León XIV comenzó a trazar su perfil papal visitando el santuario de la Madonna del Buon Consiglio, en Genazzano, al sur de Roma. El lugar, administrado por la orden agustiniana —a la que pertenece el propio papa—, fue descrito por él como un sitio simbólico ligado a su identidad espiritual y a su predecesor León XIII. La visita, realizada apenas días después de su elección, subraya el vínculo entre sus raíces religiosas y su visión pastoral.
Durante el trayecto de regreso al Vaticano, el nuevo pontífice hizo una parada en la Basílica de Santa María la Mayor para rezar ante la tumba de Francisco, gesto que reafirma la línea de continuidad con el papado anterior. Este recorrido y su significado fueron documentados por la oficina de prensa vaticana y ampliados por agencias como Associated Press.
Apoyo unánime y alta legitimidad
León XIV fue elegido en la cuarta votación del cónclave, lo que representa un desenlace inusualmente rápido, dada la diversidad geográfica y cultural del colegio cardenalicio. Según declaró el cardenal Désiré Tsarahazana, de Madagascar, el nuevo papa obtuvo más de 100 votos de los 133 posibles, superando con holgura la mayoría de dos tercios requerida.
El respaldo amplio parece indicar un consenso significativo en torno a su figura, no sólo por su experiencia pastoral y administrativa —fue prefecto del Dicasterio para los Obispos— sino también por su perfil teológico y su capacidad para articular un discurso contemporáneo sin romper con la tradición doctrinal.
Elementos distintivos de su pontificado
La Santa Sede ha confirmado que León XIV conservará el escudo de armas y el lema episcopal que utilizaba como obispo de Chiclayo (Perú): In Illo uno unum, tomado de un sermón de san Agustín. El emblema, con un corazón inflamado y un libro, refleja tanto el legado agustiniano como la centralidad de las Escrituras.
Además, portará una cruz pectoral que le fue entregada por la Orden de San Agustín y que contiene reliquias de san Agustín y santa Mónica. Estos símbolos refuerzan la identidad teológica del nuevo papa y su voluntad de enraizar su ministerio en la tradición patrística.
Proyección hacia el futuro
El discurso inaugural y los primeros gestos del nuevo papa han sido interpretados por observadores vaticanos como una señal de estabilidad institucional, pero también de apertura a los debates contemporáneos que afectan a la humanidad. La mención reiterada de la inteligencia artificial y la defensa del trabajo humano podrían marcar el inicio de un nuevo ciclo doctrinal centrado en la transformación digital y sus consecuencias sociales.
La afirmación de una línea de continuidad con Francisco, especialmente en los temas de justicia social, sinodalidad y apertura pastoral, se combina con el interés por una dimensión crítica del progreso tecnológico. Esto anticipa un pontificado atento tanto a las raíces doctrinales como a los desafíos del presente.