
Editor en La Ecuación Digital. Consultor de Innovación y Estrategia…
El apagón eléctrico que afectó a amplias zonas de España y Portugal esta semana ha revelado importantes carencias en la resiliencia de las redes móviles en la Península Ibérica. Según datos analizados por Financial Times y proporcionados por la firma de análisis Ookla, el uso de Starlink, el servicio de comunicaciones satelitales de SpaceX, se incrementó un 35% respecto al promedio habitual en ambos países, alcanzando un 60% por encima de lo normal en España el día posterior a la interrupción del suministro.
La incidencia, cuyo origen sigue sin confirmarse por parte de Red Eléctrica, ha sido vinculada por algunos expertos a la gestión deficiente de un pico en la generación de energía solar, lo que habría afectado la estabilidad de la red eléctrica nacional. Más allá del origen, el evento ha puesto de manifiesto la fragilidad de los sistemas de telecomunicaciones ante cortes prolongados de energía, especialmente en un contexto de dependencia creciente de los servicios digitales.
Colapso parcial de las redes móviles y dependencia de infraestructuras satelitales
Miles de usuarios en ambos países vieron limitada o anulada su capacidad de conexión móvil e internet. Ookla ha calificado de “récord” el uso de Starlink en España, indicando que miles de personas recurrieron a este servicio satelital como alternativa frente a la caída de las redes tradicionales. Aunque la calidad del servicio disminuyó debido al aumento repentino de la demanda, la conexión satelital se mantuvo activa, al poder redirigir el tráfico hacia estaciones terrestres ubicadas en otros países, como Italia.
Sin embargo, expertos advierten que la infraestructura actual de servicios satelitales no puede asumir una cobertura masiva en casos de apagones generalizados, ya que los usuarios dependen de tener dispositivos con batería suficiente y acceso a terminales adecuados para establecer la conexión. El fenómeno ha sido interpretado como un indicio de que los sistemas alternativos no están aún preparados para un uso de emergencia a gran escala.
Cobertura limitada y falta de respaldo energético en las operadoras tradicionales
La caída del suministro eléctrico dejó fuera de servicio una gran parte de las antenas de telefonía móvil en España, y sólo aquellas equipadas con generadores de respaldo pudieron mantener operativa la conexión. Vodafone España declaró que un 70% de sus emplazamientos activaron generadores al comienzo del apagón, pero hacia las 23:00 horas, regiones como Galicia, Castilla-La Mancha y Murcia mantenían apenas un 20% de cobertura móvil. Telefónica, por su parte, priorizó la conexión de infraestructuras críticas, como servicios de emergencia y hospitales, y logró restablecer el 95% de su red móvil en poco más de 24 horas.
La resiliencia del servicio, métrica que mide la fiabilidad de la red, cayó hasta la mitad de su valor habitual, según Ookla. La densidad y extensión de la infraestructura móvil, junto con la falta de generadores o baterías de larga duración en muchas estaciones base, limitó la capacidad de recuperación inmediata del servicio.
Comparativas internacionales y desafíos de inversión
Según Luke Kehoe, analista de Ookla, las redes móviles en España y Portugal operan con márgenes muy ajustados debido a precios de mercado bajos, lo que complica las inversiones en respaldo energético. En comparación, países nórdicos, donde el ingreso medio por usuario es más elevado, disponen de mejores mecanismos de respaldo. Por ejemplo, en Noruega, la normativa exige a los operadores asegurar al menos dos horas de autonomía en ciudades y cuatro en áreas rurales. Australia, por su parte, ha iniciado programas de financiación pública para dotar de 12 horas de respaldo a emplazamientos remotos.
El caso británico también aporta perspectiva. Un reciente informe del regulador Ofcom indica que sólo un 20% de las antenas móviles en Reino Unido cuenta con respaldo energético para una hora, y apenas un 5% dispone de autonomía de seis horas. Según las estimaciones del informe, sería necesario invertir alrededor de 1.000 millones de libras para garantizar acceso a servicios de emergencia durante al menos cuatro horas en caso de apagón, cubriendo casi toda la población.
Llamamiento a revisar la estrategia de resiliencia digital
La magnitud del apagón ha sido interpretada como una señal de alarma por parte de analistas del sector. Grace Nelson, de la consultora británica Assembly Research, lo define como “un clarín de advertencia para que gobiernos y reguladores presten atención a la resiliencia de las redes”. El evento coincide con una creciente preocupación por los efectos de fenómenos meteorológicos extremos sobre las infraestructuras digitales y energéticas, especialmente en Europa meridional.
Además del debate técnico sobre la duración y alcance de los sistemas de respaldo, el informe de Ofcom subraya la necesidad de mejorar la coordinación entre los sectores eléctrico y de telecomunicaciones, tanto para optimizar inversiones como para facilitar la restauración del servicio. También sugiere explorar soluciones emergentes como las comunicaciones satelitales directas al dispositivo, cuyo potencial operativo aún requiere validación técnica y económica.